Las tandas en moto son una oportunidad para rodar en circuito y mejorar la técnica de pilotaje, o simplemente para disfrutar de la velocidad en un entorno seguro. El Circuito de Jerez – Ángel Nieto es un lugar ideal para ello, gracias a su diseño técnico y a las buenas condiciones climáticas de la zona.
El rugido de los motores, la adrenalina a flor de piel y el inconfundible aroma a gasolina y neumáticos calientes. Así se podría resumir la reciente rodada organizada por Motor Extremo este mes de junio en el icónico Circuito de Jerez – Ángel Nieto. Fue una jornada épica donde los amantes de las dos ruedas tuvieron la oportunidad de exprimir sus máquinas y sus habilidades en uno de los trazados más desafiantes y queridos del motociclismo mundial.
Las tandas en moto no son solo una cuestión de velocidad; son una disciplina que combina técnica, concentración y, sobre todo, una pasión desbordante. Para muchos, es la oportunidad perfecta para llevar al límite sus motocicletas en un entorno seguro y controlado, lejos de los peligros y las limitaciones de la carretera abierta. Además, son una excelente escuela para pulir el estilo de pilotaje, entender mejor el comportamiento de la moto y ganar confianza en cada curva, cada frenada y cada aceleración.
Y si hablamos de rodar en circuito, el Circuito de Jerez – Ángel Nieto es, sin duda, un nombre que resuena con fuerza en el corazón de cualquier aficionado. Ubicado estratégicamente en la soleada provincia de Cádiz, Andalucía, este trazado no solo es famoso por albergar pruebas del Campeonato del Mundo de MotoGP y Superbikes, sino también por su diseño técnico y su rica historia.
Con sus 4.423 metros de longitud, Jerez es un circuito que exige precisión y valentía a partes iguales. Sus curvas, como la rápida Sito Pons o la siempre desafiante Dani Pedrosa (Dry Sack), ponen a prueba la pericia de los pilotos, ofreciendo puntos de frenada complejos y transiciones rápidas que requieren una anticipación constante. La chicane de Jorge Lorenzo, añadida en 2010, añade un extra de técnica y espectáculo, ralentizando la velocidad y creando oportunidades de adelantamiento.
Pero no es solo su diseño lo que hace de Jerez un lugar tan especial. Las condiciones climáticas, con un sol radiante la mayor parte del año, lo convierten en un escenario ideal para este tipo de eventos, asegurando un agarre óptimo y una visibilidad excelente. La atmósfera que se respira en el paddock, con el bullicio de los equipos, el sonido de las herramientas y la camaradería entre los pilotos, contribuye a una experiencia inmersiva y auténtica.
La jornada con Motor Extremo fue un claro ejemplo de cómo la pasión por las motos se vive intensamente en Jerez. Desde los pilotos más experimentados que buscaban rebajar sus tiempos, hasta aquellos que se iniciaban en el mundo de las tandas, todos compartieron un mismo objetivo: disfrutar al máximo de la libertad y la emoción que solo se experimenta al límite en un circuito. Sin duda, estas fotografías serán un testimonio de una rodada memorable.
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